lunes, 23 de octubre de 2017

¿Podemos aprender algo de los incendios gallegos?



Hace una semana de la terrible ola de incendios que calcinó gran parte de las tierras gallegas y portuguesas. Más de 250 incendios afectaron distintos puntos de Galicia, provocaron la muerte de cuatro personas y dejaron un balance provisional de 35.500 hectáreas calcinadas.

Nos sentimos de luto por esas personas muertas y por todo ese monte quemado, un ecosistema que tardará muchos años en regenerarse. Las cenizas han contaminado ríos, los campos arrasados no pueden servir de alimento al ganado. Aquí no podemos abarcar un repaso exhaustivo de las posibles causas, pero todos tenemos en mente cuantos intereses hay en juego cuando suceden estas catástrofes. Sabemos que prevalece el poder del dinero y la avaricia antes que el cuidado de una tierra que no es nuestra, que solo la disfrutamos unos pocos años que duran nuestras vidas. Avaricia, desidia, corto plazo, insolidaridad.

Están surgiendo iniciativas de repoblación, manifestaciones que cuestionan las leyes que aprueban los políticos (como la llamada ley de depredación), esos que elige la gente, en los que pone la confianza pero luego en muchas ocasiones no sirven a quien los elige. Como en otros ámbitos se prima los intereses de las grandes empresas y no se establece una economía rural sostenible que implique a todos los habitantes de esas zonas en su cuidado y conservación. El monte ha de ser útil a los vecinos, si no las zonas quedan despobladas y nadie tiene interés en conservar sus riquezas, lo que significa desprotección y al final destrucción. Queda reflejada aquí también la importancia de que el bosque esté compuesto de especies autóctonas como castaño, roble, abedul, laurel, espino, de crecimiento más lento pero que son de más difícil combustión. Además se sabe que el monte gallego tiene otras posibilidades de aprovechamiento, pero no parece que se hayan ido haciendo bien o suficientemente rápido los deberes.

Surgen iniciativas, algunas que serán poco razonables, algunas incluso perjudiciales, otras posibles y beneficiosas si hay personas con conocimiento que regulen. Replantación, plantación de semillas. El bosque quemado es muy débil, el suelo está erosionado, desprotegido. Deberían ser iniciativas coordinadas desde las autoridades, pero son muchos los que no confían en ello y deciden actuar antes que quedarse sumidos en la impotencia. Otras iniciativas son maravillosamente solidarias, por ejemplo con la gente que ha perdido el alimento de su ganado... la cara y la cruz del ser humano. (Quien quiera colaborar, puede informarse pinchando en Amigos da terra y rellenar este formulario).

Pero sea como sea está bien que la gente hable, que se nos oiga, ¡que no queremos esto! Y que se hable en los pueblos, los vecinos, las familias, en las redes sociales, en los chats, en la prensa, en casa con nuestros hijos, en las clases de los colegios, los niños con sus profesores... Que aprendamos algo. Todos. Porque cuando no se aprende todo se repite una y otra vez.

No queremos el silencio. Miremos la foto. Ese espacio quemado en el que reina el silencio que ha impuesto el fuego. Es la imagen de la desolación.

martes, 3 de octubre de 2017

Estudiando los ríos: el trabajo de campo

   
      Los alumnos de tercero y cuarto están investigando los ríos. El viernes pasado salieron a observar, tomar notas y además hicieron algunos ligeros trabajos de limpieza en los alrededores.


    Es una gran suerte que los maestros y maestras realicen estas actividades con los niños ya que rompen con la rutina diaria del aula y trasladan el aprendizaje y el conocimiento al mundo real. Además favorece la aplicación de los conocimientos para explicar la realidad. Introduce a las alumnas en algo tan valioso como el método científico, ya que tienen la oportunidad de observar, analizar, plantear hipótesis sobre fenómenos o características: en definitiva descubrir en el medio natural. 

  Cuando estas salidas están integradas en el currículo, de forma que hay un trabajo previo en el aula, así como un trabajo posterior, el aprendizaje es mucho más productivo, ya que conecta con ideas e intereses previos que los alumnos ya traen. Los niños pueden comprender de forma integrada la realidad, mejorando la capacidad de interrelacionar hechos, procesos y variables. Y a la vez ganando en la consciencia de que si el conocimiento se compartimenta es con el objetivo de profundizar en distintos aspectos de la realidad. 

       Un río puede ser estudiado como parte de la geomorfología de una zona; como fenómeno relacionado con el ciclo del agua; pueden estudiarse la flora y la fauna que lo habita; cómo se halla su estado de conservación; qué medios se están o no poniendo para su mantenimiento o incluso para su aprovechamiento; qué podemos hacer nosotros para cuidarlo; qué papel cumple en la vida de la comunidad y qué papeles desempeñó en el pasado; qué hay escrito en la literatura sobre ese río, tal vez hay textos o poemas relacionados con él; se podrá estudiar la temperatura del agua, su calidad; longitud de la ruta o del tramo de río investigado... En un proyecto aparentemente tan sencillo caben todas las ramas del saber: las que hemos comentado ¡y las que hayamos olvidado que es probable que sean más numerosas!


       Estas salidas fomentan además en los niños el respeto al medio natural ya que se convierte en una experiencia vivida y disfrutada. Las tareas de limpieza que llevan a cabo les enseñan acerca de su cuidado, conservación y mejora. Al realizarlas en grupo se fomenta la colaboración, la participación activa y solidaria en actividades científicas, una base para su futuro.

      Nos da gusto verlos tan concentrados en la tarea, tan interesados. Cuando los niños están verdaderamente motivados y enfrascados en una tarea significativa qué bien se autorregula el grupo.  Todo fluye.
   

   

Estas salidas que tienen para los maestros una exigencia de organización y planificación, y de responsabilizarse fuera del colegio de toda la clase, tienen en nuestros hijos un efecto maravilloso: el crecimiento del interés y la motivación por el aprendizaje realizado en el aula pues resulta en un aprendizaje significativo no en la mera memorización de contenidos sin la asimilación de los mismos.


 



        En clase estuvieron hablando de los molinos de agua. Nos cuenta Isa "justo estuvimos hablando de que con los ríos se genera energía y los molinos aprovechan esa energía. El ver este aquí ha sido genial. Es uno de los más antiguos de la zona".

                

       

      En estas fotos que nos ha facilitado Isa (¡muchas gracias!), podéis ver a los chavales y las chavalas como auténticos científicos tomando nota de sus observaciones en sendos cuadernos de campo, redactando o dibujando, cada uno a su manera y describiendo la realidad que aparece ante sus cinco sentidos.

          La recogida de basuras surgió de ellos espontáneamente, Isa no les dijo nada: "se ha convertido en una recogida de basura por el río voluntaria, por iniciativa espontánea de ellos. Ha sido muy bonito".
          Aquí podéis verlos:




       Qué bonita y útil experiencia. Seguro que estarán deseando repetirla. Y a nosotros nos encanta que las actividades en el medio formen parte del currículo de nuestros hijos. 


      


Jornada de trabajo el sábado día 7 de octubre

¡Hola familias! 

Ya con el mes de septiembre a punto de finalizar, queremos desearos un buen curso desde la Ecoescuela y recordaros que nuestras actividades siguen en marcha. Ya estamos pensando en ponernos manos a la obra y preparar el huerto y el jardín para que los chavales puedan disfrutarlo y aprender un montón a lo largo de este año. Y qué mejor momento para tomar contacto con todo ello que aprovechar el agradable encuentro que nos propone el AFA el día 7 de octubre con motivo de la ya tradicional paella. 
A partir de las 11.00 podemos acudir al cole. Aquellos que no se dediquen a hacer paellas pueden dedicarse a las labores de preparación del huerto, como limpieza de malas hierbas, plantar algunas verduras; y de bricolaje, como aplicar barniz impermeabilizante a la caseta de aperos y bancos del jardín, pintar ruedas, revisar el riego...
Después de estas labores os podemos asegurar que las estupendas paellas que hacen los papás y mamás del cole nos sabrán mucho más ricas aún. 
No olvidéis traer las herramientas con las que contéis. 
Nos encantará iniciar el curso trabajando juntos. El año pasado se hicieron buenos progresos: el jardín y el huerto lucieron estupendos y los niños lo aprovecharon de diversas formas, con el trabajo directo y con el desarrollo de actividades creativas y de aprendizaje posteriores. Queremos darle continuidad a todo ello y os pedimos vuestro apoyo, el día 7 y también durante el curso. Cada mes tiene tareas específicas que realizar en el huerto.

¡Os esperamos!