jueves, 7 de diciembre de 2017

La vida secreta de los árboles





¿Se os había ocurrido que las plantas hablan entre sí? Pues esto es lo que afirman las investigaciones que están haciendo algunos científicos. Este experto que os presentamos aquí ha estudiado cómo se relacionan y se comunican los árboles en los bosques salvajes.

Hay muchas personas que amamos la naturaleza, pero hay algunos que dedican su vida a investigar los procesos que se dan en ella.

Peter Wohlleben es ingeniero forestal y experto en árboles. Dirige una explotación forestal respetuosa con el medio ambiente. Trabaja para retornar a la naturaleza los necesarios bosques primigenios.


"Cuando inicié mi andadura profesional como agente forestal, sabía tanto de la vida secreta de los árboles como un carnicero de los sentimientos de los animales...”. Así comienza el apasionante y sorprendente libro de Wohlleben, La vida secreta de los árboles  (Obelisco), que fue una revolución en Alemania, número uno en la lista de superventas de Spiegel y traducido a 19 lenguas. Basándose en investigaciones científicas explica cómo los árboles hacen conexiones sociales importantes, forman vínculos afectivos y tienen parentescos. Apuesta por recuperar bosques naturales y da sobradas razones para ello. Vive en los bosques, “pero no abrazo árboles”.

En una estupenda entrevista que le hicieron el mes pasado, cuenta cosas como estas:

"Están conectados a través de las raíces, y pueden distinguir las raíces de otras especie e, incluso, de los diferentes ejemplares de su misma especie. Un bosque es un superorganismo, como un hormiguero"

"A través de las raíces sus madres entran en contacto con ellos y les proporcionan azúcar y otros nutrientes. Podría decirse que los árboles bebé son amamantados."

"Cada árbol es importante para la comunidad y el bosque actúa en consecuencia: a los ejemplares enfermos el resto les proporciona los nutrientes necesarios para que sanen.

"Los adultos forman ese espeso techo sobre el bosque y sólo dejan pasar un tres por ciento de luz para que los pequeños no crezcan demasiado rápido, es lo que los expertos forestales desde hace generaciones llaman educación"

"El crecimiento lento es condición para que luego se alcance una edad avanzada. La ciencia ya no discute la capacidad de los árboles para aprender, queda por resolver dónde almacenan lo aprendido y cómo lo rescatan."
"Muchos botánicos sostienen que en las puntas de las raíces tienen estructuras similares al cerebro. De hecho sabemos que los árboles tienen memoria, son capaces de registrar y distinguir las temperaturas en ascenso de la primavera de las que están en descenso durante otoño."

"Mediante sustancias odoríferas se comunican. Cuando se aproxima un peligro, la acacia avisa a sus congéneres emitiendo etileno, un gas de aviso."
"Hemos estado considerando y tratando la naturaleza como si fuera una máquina, pero en un puñado de tierra del bosque hay más seres vivos que seres humanos sobre la Tierra."

"Los árboles, ¿sufren cuando pasan sed?

Gritan. Según investigaciones del centro de ­investigación confederado de los bosques de Suiza que registraron los tonos de ultraso­nidos, los árboles emiten determinadas vibraciones cuando el agua escasea.

Y los árboles de ciudad, ¿se comunican?

Igual que en las plantaciones forestales, debido a la poda y plantación las raíces quedan dañadas para siempre y ya no pueden formar una red. Se comportan como niños de la calle. Básicamente les falta el bosque, la comunidad, la educación: nadie que les castigue si crecen demasiado deprisa o torcidos privándoles de luz."


Quizá os animéis a leer su libro o a "escuchar" a las plantas como hacen los científicos del vídeo. ¿No es apasionante lo que nos pueden contar?

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